lunes, 29 de octubre de 2012

nunca es tarde

Hace unos días, acudí a la presentación de una importante publicación y pude escuchar a los promotores que decían cuan importante era para ellos ese momento.  Para Mar (y no daré más pistas) era un sueño culminado y en su medida oratoria no faltaron los agradecimientos para todos aquellos que habían contribuido de alguna manera. Sin embargo, para Enrique, no se trataba de un sueño hecho realidad, se trata de una necesidad.
Sus palabras, las de ambos, son la palanca con la que he decidido ponerme en marcha, sin mas pretensiones que saciar mi necesidad y quien sabe si poder cumplir algún sueño.
Hoy, muy personal e intimo, mañana no sé.